ATENCIÓN ANTOLOGÍA

Durante mucho tiempo, la palabra latina «humor» se usó en el ámbito médico. En el siglo XVI, el término aparece ligado a la «comicidad». En el XIX, se entenderá como el atributo por excelencia de la extrema libertad del creador. Más tarde, adquirirá un significado abstracto relativo a las contradicciones del ser humano. Hacia el siglo XX, lo que se señala es su carácter mixto, que incluye, además de la risa, otros sentimientos de afecto y, junto a lo cómico, lo patético, junto a la parodia, lo subversivo, junto a lo crítico, lo ridículo. En definitiva, el humor es variable, versátil y contextual. Y es que, desde la Batracomiomaquia hasta La felicidad de los ogros, pasando por Gargantúa y Pantagruel, Los viajes de Gulliver y las Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox es innegable que una de sus características más identificativas es la mutabilidad porque ¿qué tienen en común Homero, Rabelais y Pío Baroja? Son hombres y son humoristas, lo que parece indicar que otra de sus características identificativas innegable es que el humor lo escriben señores con bigote. ¿Y las mujeres? Las mujeres no son graciosas, dicen. La risa es lo que nos diferencia de los animales, dicen. ¿Dónde nos deja eso? ¿Qué pasa al poner esas dos afirmaciones juntas y compararlas? Dentro del género los referentes masculinos están claros: Brown, Sheckley, Adams, Moore, Fforde y, por supuesto, Pratchett. Es mucho más difícil encontrar un consenso similar cuando se trata de escritoras y no, precisamente, por la escasez de ellas. Connie Willis, Lois McMaster Bujold, Ursula Vernon, Diana Wynne Jones, Jo Walton, Angélica Gorodischer, Sofía Rhei, Laura Fernández, Gail Carriger o Catherynne M. Valente dan buena cuenta de ello. A pesar de escribir humor, no se las cataloga como tal porque, cuando las mujeres escriben humor, se clasifica de «comedia romántica», «chic lit», «literatura juvenil» o, como mucho, se apunta un breve comentario en la sección de blurbs que describe la ironía o sagacidad del texto. Así es que el problema no es, realmente, que «las mujeres no escriben humor», es que cuando lo hacen no se las reconoce. En el ámbito de la ciencia ficción en español, a menudo «se olvida» que uno de los primeros relatos humorísticos, Gu ta gutarrak, lo escribió Magdalena Mouján Otaño, una argentina de origen vasco, en 1968. Una historia divertidísima de viajes en el tiempo que fue censurada por el franquismo cuando se publicó aquí debido a que, y no es broma, atentaba contra la unidad de España. Porque tal y como apunta Regina Barreca en la introducción a Last Laughs: Perspectives of Women and Comedy, «humor is a weapon», un arma que las mujeres han esgrimido desde siempre, bien para criticar el sistema del que forman parte, bien como medio para definirse; las mujeres siempre han contado chistes, otra cosa es que se las oiga. Y por eso, porque queremos leeros, porque sabemos que podéis escribir en un relato lo que ya escribís en twitter ¡de gratis!, nos parece necesaria una antología como esta. Estamos rodeadas de mujeres graciosas que puede que no den el salto a la literatura de humor por falta de espacios donde publicar, de convocatorias específicas. No de ganas. Queremos relatos de humor de todo tipo que se encuadren en el género fantástico, en todas sus variantes: ciencia ficción, fantasía y terror. Queremos carísimos chistes feministas en el espacio, parodias fantásticas y humor zombi con mucha casquería. Queremos fino comentario social y comedias románticas con dragones. Queremos saber cuáles son los límites del humor cuando se escribe desde los márgenes. Cómo es la comedia cuando no la escriben señores con bigote.¿QUÉ QUEREMOS?Almijara Barbero y Raquel Froilán
- Relatos de entre 3000 y 10000 palabras, de ciencia ficción, fantasía o terror, en clave de humor.
- Los relatos tienen que ser INÉDITOS, no habiéndose publicado de ninguna manera con anterioridad. Ni papel, ni digital, ni en la web de tu primo, ni en tablillas de barro, ni nada de nada. Inéditos.
- Escritos por mujeres.
- Cada autora puede presentar cuantos relatos quiera. Aunque, ya se sabe, siempre será mejor presentar uno muy bueno que 42 que, bueno, tú sabes.
- Hay que enviarlos a antologia@editorialcerbero.com, desde hoy hasta el día 1 de abril de 2019 a las 23:59 horas (hora peninsular española).
- En un plazo no superior a un mes, las seleccionadoras anunciarán los relatos escogidos, que se publicarán en un libro precioso en julio de 2019. Por supuesto, las autoras contarán con contrato editorial y todos sus avíos habituales.
- De entre los 13 relatos, las seleccionadoras escogerán uno, que será el ganador de esta convocatoria. A su autora se le dará, como premio, un abrazo y un pollo de goma.
- Las autoras no mantendrán correspondencia con las participantes, porque, de hecho, ni siquiera recibirán directamente los relatos, sino que todo se hará bajo un férreo sistema de plica que explicamos a continuación:
- Vosotras enviáis los relatos a antologia@editorialcerbero.com. El mail donde los enviéis debe contener:
- Un archivo que contenga el relato, en word. Nos da igual la fuente y el interlineado y esas cuestiones de mortales. El archivo debe tener el mismo nombre que el título del relato. NADA MÁS.
- Otro archivo en word con vuestros datos personales: Nombre, apellidos, pseudónimo (de tenerlo) con el que os gustaría publicar, mail y teléfono. En caso de ser menor de edad, también es necesario que adjuntéis autorización firmada. Es necesario foto o fotocopia del DNI por ambas caras, dentro de este mismo archivo.
- En el asunto: ANTOLOGÍA POLLO DE GOMA
- En el cuerpo del mensaje: lo que queráis, las seleccionadoras no lo van a leer.
- NADA MÁS.
- Nosotres recibiremos los relatos y, uno a uno, os daremos el acuse de recibo. Luego cogeremos esos textos, los pondremos todos iguales (en fuente y estilo visual) y se los mandaremos, limpios de metadatos, a Raquel y Almijara.
- La participación en esta antología implica la aceptación de todas estas bases.